domingo, 9 de julio de 2023

Ignorancia beligerante

«La ignorancia beligerante se resiste a informarse, se enorgullece de no saber —equiparando opinión y conocimiento—, y se niega a aprender. Puede conllevar intolerancia y violencia. La educación y el diálogo son esenciales para combatirla.»

— Atribuida a Siri Hustvedt

El que sabe

El que no sabe, y no sabe que no sabe es un necio; evítalo.
El que no sabe, y sabe que no sabe es un ignorante; enséñale.
El que sabe, y no sabe que sabe está dormido; despiértale.
El que sabe, y sabe que sabe es un sabio; síguele.

– San Mateo. Apóstol de la Iglesia –

La juventud de hoy

 «La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros». (Socrates)

jueves, 6 de julio de 2023

Hay gran espanto y hay terror.

 Hay gran espanto y hay terror. se discuten las cosas,

se habla de lo sucedido. Van con la cabeza

caída. Entre llantos se saludan; se lloran unos a

otros al saludarse. Hacen caricias a otros, los niños

son acariciados. Los padres dicen: "¡Ay, hijos!

¿Qué va a ser de ustedes?".

Informantes de Sahagun, Códice Florentino,

Gran ciudad de Tenochtitlan, México, 1519.


Tormenta en el horizonte

 Chico (mientras se aleja corriendo):"Miren, miren,

¡allá!¡Se acerca una tormenta!".

Sarah:"¿Qué dijo?".

Empleado de gasolinera (observa el horizonte):

"Que una tormenta viene hacia acá"

Sarah mira sobre los arbustos, que ruedan por el 

desierto. Luego dice con calma:"Lo sé".

James Cameron, The Terminator,

Baja California, Estados Unidos, 1983.

El silencio de los tiempos

 Campos y ciudades, llenos hasta entonces de una multitud de hombres y mujeres, quedaban sumergidos de la noche a la mañana en el más profundo silencio por la huida general. Los hijos huían abandonando el cadáver de sus padres sin sepultura, los padres abandonaban humeantes las entrañas de sus hijos... Los tiempos habían vuelto al silencio anterior a la humanidad: se acabaron las voces en los campos, se acabaron los silvidos de los pastores... Las mieses esperaban en vano a los segadores, los racimos aún colgaban de las viñas a las puertas del invierno. Los campos se transformaban en cementerios y las casas de los hombres en guarida de animales salvajes.

Pablo el Diácono, Historia Gentis Langobardorum, Montecassino, Italia, 787.